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Suspensión de los derechos de propiedad intelectual (DPI) relacionados a la COVID-19: ¿La suspensión de los DPI hará que las vacunas lleguen más rápidamente a México y al mundo?

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Reporte de webinar – Agosto 2021

Resumen

En agosto de 2021 se realizó el seminario web titulado “Suspensión de los derechos de propiedad intelectual (DPI) relacionados a la COVID-19: ¿La suspensión de los DPI hará que las vacunas lleguen más rápidamente a México y al mundo?”, organizado por Geneva Network y Fundación IDEA. La sesión tuvo como panelista a Mariana Gonzalez, experta en propiedad intelectual y socia en Becerril, Coca y Becerril; Mark Schultz, profesor de la Escuela de Leyes de la Universidad de Akron cuya cátedra es dotada por Goodyear en Derecho de Propiedad Intelectual; Yogesh Pai, codirector del Centro de Innovación, Propiedad Intelectual y Competencia de la Universidad Nacional de Derecho de  Delhi. La sesión fue moderada por Carolina Agurto, socia de Fundación IDEA. La sesión contó con 41 asistentes, de los cuales, la mayor parte provenía de instituciones como compañías farmacéuticas, aquellas dedicadas a la propiedad intelectual, cámaras de comercio y representantes de instituciones gubernamentales.

Una idea común ha sido que si se renunciara a los derechos de propiedad intelectual (DPI), como se propuso en la OMC en octubre de 2020, las vacunas se producirían más rápidamente; sin embargo, esto simplifica demasiado el proceso e ignora muchos desafíos. Esos retos van más allá de los derechos de propiedad intelectual, como disponer de personal con capacidad y conocimientos para manejar las nuevas tecnologías de ARNm, la transferencia de conocimientos, la infraestructura y los estrictos controles de calidad. Como continúo explicando Mariana González:

“Aún si se aprueba esta exención habrá cuellos de botella relacionados con la capacidad de producción y distribución disponibilidad de materiales y los equipos necesarios. Incluso la exención podría tener un impacto negativo en la innovación médica, así como la transferencia y la difusión de este tipo de tecnologías para el bienestar social y económico a mediano y largo plazo afectando el derecho de la gente al acceso a la salud. Pues el peor escenario de acceso a la salud o a un medicamento es cuando el tratamiento para una enfermedad no existe, en este sentido la propiedad intelectual brinda una exclusividad temporal a cambio de proveer una solución médica que en el futuro podrá ser dosificada. La propiedad intelectual se ha entendido desde su concepción inicial como un incentivo para proveer soluciones, si no tenemos las soluciones ni siquiera tenemos a que tener acceso.”

Gonzalez argumentó como detrás de todo este tema de la exención existe la suposición adyacente que la propiedad intelectual y en especial las patentes son una barrera que bloquea a los fabricantes de vacunas, especialmente en países de desarrollo. Sin embargo, es importante mencionar que no existe evidencia de que las patentes son un obstáculo para el acceso a vacunas o tecnologías relacionadas con COVID-19. Gonzales señaló que podemos ver que en el pipeline hay más de 200 vacunas, por lo que no estamos en una situación de monopolio donde una o unas pocas las empresas que tengan la solución para esta pandemia. Estamos viendo diversas soluciones siendo desarrolladas en colaboración de diversas empresas en diferentes partes del mundo. De hecho, las patentes y otros medios de propiedad intelectual han contribuido al avance de la ciencia y la innovación medica.

Mariana Gonzalez continúo estableciendo como las patentes pueden dar una receta, pero para poder realizarlas hace falta contar con habilidades y capacidades especializadas además de un enorme esfuerzo económico y de producción, puntos apoyados por los profesores Mark Schultz y Yogesh Pai. Además de esto está un control muy fuerte de calidad y de supervisión, que son esenciales para que las vacunas puedan ingresar al mercado y ser comercializadas, ya sea de COVID19 o de otro tipo. Requiere más que solo poner una patente sobre la mesa, pueden no tener la capacidad técnica o infraestructura propia o de una red para fabricar y distribuir esta. Yogesh Pai ejemplificó esto siendo un caso en la India, donde no contar con la infraestructura necesaria incrementó el costo de producción de la vacuna.

Mark Schultz continúo la conversación explicando cómo los derechos de propiedad intelectual han permitido la cooperación entre empresas farmacéuticas que, de otro modo, serían competidoras, lo que ha permitido un desarrollo más rápido de las vacunas. Los derechos de propiedad intelectual también han proporcionado una mayor disponibilidad de socios fabricantes.

“Encontrar socios era difícil, nadie intentaba frenar la producción, todos querían encontrar socios que pudieran hacer un trabajo sofisticado (hablando de empresas farmacéuticas). Las colaboraciones están aseguradas por la propiedad intelectual, nunca darás tus secretos a otra persona, nunca le enseñarás cómo fabricar tu producto, a menos que tengas la seguridad de que tus derechos de propiedad intelectual protegerán tus derechos exclusivos para fabricar ese producto” -Mark Schultz

Por ejemplo, para el desarrollo de su vacuna Moderna ha trabajado con 16 empresas, en Francia, Suiza y Corea del Sur. Además, compañías en los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí son distribuidores. Otro gran ejemplo proporcionado por el Profesor Schultz es Pfizer, quien trabaja con sus mayores competidores para aumentar la producción. En cuanto a mejorar la preparación para futuras pandemias Yogesh Pai determinó que una de las cosas que no ocurrió desde el comienzo de la pandemia es un enfoque global (hacia las vacunas). Si los países hubiesen colaborado y se hubiesen reunido e invertido en un fondo público y ese mismo invertido en diferentes empresas, no habría estos enfoques nacionales, que es lo que ha sucedido hoy. Esto es, por ejemplo, lo que ha sucedido en Estados Unidos, donde han dicho que hay que
abastecer primero a Estados Unidos porque han sido financiados en gran parte por ellos. Pai continúo estableciendo como un enfoque más global de esta innovación y fondo para la pandemia habría supuesto una trayectoria diferente en cuanto a su disponibilidad en todo el mundo.

“Sin embargo, dicho esto, hay un punto que debemos entender, aunque la gente vea que hay muchas capacidades de vacunas en los países en desarrollo debido a la infraestructura y los conocimientos disponibles.” – Yogesh Pai

Mariana Gonzalez complementó estableciendo como el desafío que plantea esta pandemia y pandemias futuras en efecto implica un esfuerzo colaborativo donde la propiedad intelectual más que ser un obstáculo es una herramienta de innovación que funciona en el contexto de un proceso eficiente de transferencia tecnológica desde quienes desarrollan la tecnología, muchas veces en el ámbito académico hasta quienes se encargan del esfuerzo comercial digamos ya más cerca del mercado. Esa transferencia eficaz de tecnología es todo un ecosistema que requiere de proveedores y cadenas de suministro que puede tardar años tal vez décadas en conseguirse y de esta forma la generación de infraestructura multinivel con inversión fuerte de innovación privada fuerte y esfuerzos considerables para quienes asumen esta tarea. La cooperación internacional para transferir las capacidades que son necesarias será vital y necesitará estar basada en propiedad intelectual y sin mermar el acceso a las soluciones tecnológicas.